La Escuela de Hostelería clausura el módulo de corte de jamón y fruta

En este sentido, el director de la  Escuela de Hostelería de Melilla, Esteban Barajas, explicó que la creación de dichos cursos en la ciudad surgió como una forma de atender las demandas de los empresarios de Melilla, pero también de los empresarios españoles, dando a la vez, a los alumnos que estudien hostelería una formación complementaria que les ayude a mejorar su inserción laboral, que en este sector es cada vez más alta.

Barajas explicó que el curso de corte de jamón es muy importante y muy solicitado por los empresarios, ya que el hecho de que un camarero sepa cortar un jamón es, además de un buen servicio, un medio para sacar rendimiento a un alimento que cuesta mucho dinero al empresario.

Asimismo, aquí en Melilla se dieron cuenta de que a pesar de que el corte del jamón es necesario -porque es un servicio que requieren muchos restaurantes y salas de fiestas- también se fijaron en que no tenían personal preparado, de ahí que considerasen que la ejecución de este curso supusiese una oportunidad para la contratación de estos jóvenes dentro del mundo de la hostelería.

Para impartir el curso han contado con la experiencia de un famoso cortador que ha venido de la península para enseñarles.

De hecho ha reconocido que los alumnos cuentan con un gran nivel y que han aprendido más rápido de lo que viene siendo habitual en estos cursos, ya que no es una labor fácil, porque requiere de destreza y precisión en estos alimentos.

Como propia experiencia, el profesor señaló que en la anterior edición dió las clases y que escogió él mismo a uno de los alumnos y se lo llevó a uno de sus restaurantes para el periodo de práctica.

Superado el periodo de prácticas, sigue trabajando para él, y aunque reconoció que todavía le queda mucho por aprender para llegar a ser “un maestro” en el mundo del jamón, todavía le queda la experiencia, que eso lo dan los años de corte, algo que todavía le queda.

Lo que quiso demostrar con esta anécdota es que los alumnos que se gradúan en la Escuela de Hostelería son profesionales entrenados y preparados para salir al mundo profesional y ejercer como tales.

Por otra parte, y también destinados al alto sector de la restauración, también impartieron el curso de escultores en fruta y verdura, ya que el cuidado en la presentación de los platos, en los caterings o en los grandes eventos, es algo que prima mucho a la hora de contratar los servicios de una u otra empresa.

Antes de pasar a la degustación del jamón, la Escuela de Hostelería entregó, como viene siendo habitual, dos premios: uno al mejor alumno que en el módulo de corte de jamón, que recayó en Benaisa Morabit, y la mejor alumna que sobresalió en el curso de escultura en frutas y vegetales fue Halima Kaddoui.

Los cursos de hostelería son de los que más inserción laboral tienen, ya que el año pasado contaron con un 100 por cien y el anterior con un 80 por ciento.

Fuente: eltelegrama.es

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