Crema de espinacas con ñoquis de patata y queso ricota; salteado de guisantes, berberechos y jamón ibérico sobre lecho de puré de espárragos y vinagreta de trufa; lubina al horno o steack Diana; y manzanas paulaner. Éste era el menú que catorce parejas de camareros prepararon ayer dentro del III Concurso de Jóvenes Camareros del Renacimiento, organizado por la Escuela de Hostelería Gambrinus y celebrada en la Casería de las Palmeras.
El certamen consistía en servir mesas de seis comensales. La valoración del jurado técnico era de un 70 por ciento, que se sumaba a la nota que aportaban las personas que pudieron degustar el menú. Los jóvenes, procedentes de diferentes escuelas de hostelería de Andalucía, menos de Almería y Granada, se afanaban en servir con rapidez y agrado las mesas, a sabiendas de que todos sus actos eran merecedores de nota. No en vano, características como la simpatía y la elegancia eran algunos de los puntos evaluables.
Los jurados debían tener en cuenta la higiene personal, la uniformidad, el repaso del material, la organización de la mesa, así como la higiene en los alimentos. Además, también puntuaba el recibimiento y acompañamiento al cliente, la presentación del menú, el maridaje de cerveza y las técnicas del servicio, además de movimientos y retirada de platos.