Ayer los uniformes y los gorros de cocina se quedaron en el armario. Los alumnos de la Escuela de Hostelería de Benahavís cambiaron los atuendos con los que suelen acudir al centro por elegantes camisas y vestidos. Era el día de su graduación, el fin de un ciclo con el que despega su vida en el ámbito laboral. Mientras sonaban sus nombres para ir a recoger los diplomas, esta treintena de jóvenes compartían un sueño: convertirse en los mejores.
Algunos de ellos ya han trabajado junto a los que ya lo son. Medi Mou, uno de los estudiantes de cocina, ha hecho prácticas entre los fogones del restaurante Miramar, galardonado con dos Estrellas Michelin. Tras el acto, en el que estuvo presente el alcalde de la localidad, José Antonio Mena, la responsable de la escuela María del Mar Martín, y Marina Segura de Mancomunidad; dijo sentirse «muy feliz». Además, insistió en que, en los dos años que ha pasado en la escuela, «se ha logrado hacer de una familia un equipo y de un equipo una familia».
Llegó al centro con la intención de aprender un oficio. «Pero con el tiempo cada vez me ha ido gustando más y ahora quiero llegar a ser el mejor cocinero del mundo», apuntó Mou.
Una situación bien diferente es la de José Manuel Montesino. Desde pequeño siempre quiso ser cocinero, aunque, con sus brillantes resultados académicos, sus padres querían que acabase siendo ingeniero agrónomo. Finalmente, se ha salido con la suya.
Montesino también ha trabajado en una cocina con Estrella Michelin, la del restaurante Les Magnòlies, en Girona. Para ello, la profesora Yolanda Hernández explicó que los alumnos de la escuela trabajan con las últimas técnicas que se emplean en la cocina, como las gelatinas o el aire. «Realizan platos como caramelos de morcilla o crujientes de algas», añadió.
Sin embargo, antes deben conocer bien la base de la gastronomía. «¿Cómo van a saber hacer una espuma de lentejas sin saber cocinar este plato de la manera tradicional?» La maestra lanzó esta pregunta, mientras afirmó que estos estudiantes reciben primero lecciones para enseñarles aspectos esenciales como que el aceite debe estar bien caliente a la hora de freír un huevo.
Entre los graduados no solo había cocineros. También conformaban el grupo numerosos jóvenes que se decantaron por estudiar la atención en sala. Carmen Franco, profesora en el centro, aseguró que estos alumnos llegaron sin ninguna experiencia, pero que se han convertido en grandes profesionales. «Aun así, siempre les digo que sean humildes, que les queda mucho por aprender», dijo.
Orígenes
Por su parte, el regidor de Benahavís se mostró muy orgulloso de los alumnos y profesores. A los estudiantes les pidió, de forma cordial, que si alguna vez reciben un premio en su trayectoria, algo que no dudó de que sucederá, que se acuerden de sus orígenes.
Y es que esta escuela de hostelería ya ha recibido numerosos premios. Martín insistió en que es un centro con un gran prestigio que trabaja con restaurantes y hoteles de primer nivel, que buscan para su personal entre los estudiantes del centro.
La delegada de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental Marina Segovia afirmó que este tipo de centros son un reclamo para los jóvenes y que impide que exista una fuga de talento del país. «Esto es algo que hay que mantener», apuntó.
Via – Diario SUR